¿Cómo transformar una chimenea tradicional en una biochimenea?

Muchos creen que transformar una chimenea tradicional en una biochimenea no es una buena idea, especialmente en términos técnicos. No obstante, puede ocurrir que el conducto de evacuación de gases quede inutilizado, por ejemplo si añadimos una planta más a nuestra casa o si el conducto se encontrara irrevocablemente obstruido En este caso cambiar una chimenea por una biochimenea es una idea perfecta.¿Cómo hacerlo? Es muy fácil. En la obra de transformación no tocamos la estructura misma de la chimenea. La dejamos sin cambios y sigue siendo el precioso adorno de nuestro salón. Es suficiente comprar tan sólo el cuerpo de biochimenea y encastrarlo en la chimenea tradicional. Si nuestro objetivo es sentir el calor de las llamas, queda la opción de quitar el cristal delantero de la chimenea anterior que limitaba el acceso al fuego. Podemos también intentar quitar la antigua construcción de la chimenea pero no hemos de olvidar que así se puede dañar su estructura exterior, lo cual exigirá algunos cambios. El antiguo cuerpo de chimenea, en hierro, no nos estorba y se le puede dejar en su sitio.

Evidentemente, nada nos impide proceder a más cambios. Si nuestra antigua chimenea es muy grande, en el interior de su cuerpo podemos colocar varios cuerpos de biochimenea. Cuantos más bloques con quemador tengamos, más calor obtendremos que será acumulado por la antigua carcasa de la chimenea y que emanará despacio al exterior. Instalar el cuerpo de la biochimenea en la cámara de combustión de una chimenea de leña es muy fácil, dado que habitualmente tiene una forma de rectángulo regular de pequeñas dimensiones (hasta aproximadamente 4 l de capacidad), así que colocarla dentro de una chimenea tradicional, habitualmente de grandes dimensiones no supondrá ninguna complicación. Es suficiente con comprar un cuerpo de biochimenea de las dimensiones adecuadas y colocarlo dentro del cuerpo de la chimenea tradicional.

imagen: AKOWOOD