¿Pueden las Biochimeneas acumular el calor?

A menudo los usuarios de las biochimeneas echan de menos la posibilidad de acumular el calor y las tratan como si fueran únicamente elementos meramente decorativos. ¿Será verdad?Las chimeneas tradicionales alimentadas con leña o carbón están hechas en materiales resistentes al fuego que acumulan el calor de este e irradian el calor incluso después de haber sido apagadas. Las biochimeneas, por el contrario, disponen de unas carcasas hechas habitualmente en acero y no disponen de materiales que puedan acumular el calor e irradiarlo después de su apagado. La cámara de combustión se calienta rápidamente después de su encendido pero se enfría igual de rápido.

El problema no reside en el combustible si no en el entorno de la llama. Si instalamos la biochimenea dentro de una chimenea clásica podemos estar seguros de que el conjunto tendrá las mismas capacidades de acumulación de calor que una chimenea clásica. Todo depende del material con que esté hecha la biochimenea. Efectivamente las de acero, se calientan tan rápido como se enfrían, pero si la carcasa de la biochimenea estuviera hecha, por ejemplo, de ladrillo refractario, con gran capacidad de acumulación de calor, después de haber apagado el quemador el calor emanará de ella durante un largo periodo de tiempo. Si la acumulación del calor es nuestro criterio prioritario, recomendamos elegir una biochimenea diseñada para este fin, construida con los materiales adecuados, con propiedades de acumulación de calor, a este fin.

Si disponemos de una biochimenea de acero podemos aumentar la capacidad de acumular el calor mediante el uso algunos accesorios. Entre estos accesorios se encuentran las piedras y los leños cerámicos. Colocados alrededor del quemador acumulan perfectamente el calor calentándose durante la combustión y después de apagar el fuego emanan calor.

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